Cuando llegue a Dublin con una mano delante y otra detrás, vivía en una casa compartida con otras 15 personas.
Habían irlandeses, chinos, un italiano, un francés, llegamos a tener una japonesa negra… éramos como aquella baraja de cartas, salvo por el esquimal. ...
Cuando llegue a Dublín con una mano delante y otra detrás, vivía en una casa compartida con otras 15 personas.
Habían irlandeses, chinos, un italiano, un francés, llegamos a tener una japonesa negra… éramos como aquella baraja de cartas, salvo por el esquimal.
Nos lo pasábamos bien, eso sí. El día que querías tener una tarde tranquila, no había coj###. Cuando llegué allí, tenía una ilusión y un objetivo: trabajar en Google.
Estuve apunto de desnudarme en la puerta de la sede central europea. Pero esa historia os la cuento otro día. A lo que vamos.
Acabé trabajando en Google, y fue una experiencia brutal. Trabajé también en otras grandes empresas de varios sectores.
Esas grandes empresas me parecen fascinantes. La cooperación entre miles de seres de nuestra especie, es de las pocas cosas que diferencia al humano del resto de los animales.
Pero también tienen su parte negativa.
Da igual que hablamos de tecnología, de alimentación, o por supuesto, de INMOBILIÀRIA:
Cuando eres el cliente de una empresa enorme, eres uno más. Eres un número.
Queremos huir de ese estilo.
En Gracia nos gusta el arte, lo manual, los textos escritos por un humano. El mirar alguien a los ojos mientras te cuenta porqué quiere comenzar una nueva vida. La pareja que mira las habitaciones extra para poder ampliar la familia. Aquella persona que nos cuenta con voz entrecortada, que tiene que empezar de cero. O quien llega nuevo a la isla y mira cada rincón con la fascinación de un Robinson Crusoe, que sabe que ha encontrado su isla.
Nos tomamos tu éxito como algo personal.
Las personas que deciden trabajar con nosotros, son aquellas que decidieron hace tiempo, que no son uno más.
Con nosotros, solo serás un número. Sí.
El número uno.
🧿 Focused on you 🧿